jueves, 25 de junio de 2009

...corazón que no siente



Ojos que no ven corazón que no siente. Siempre había creído en este dicho popular, tanto que lo utilizaba frecuentemente en cuanto me era posible para metaforizar cualquier situación real concerniente a amigos, conocidos o a mí mismo. Digo utilizaba porque ya no me parece tan fiel a la idea que trasmite, pues veo que existen excepciones, y una en particular.

Cada día cuando nos sentamos en la mesa de nuestro comedor o cocina para comer es casi instintivo el acto de coger el mando a distancia y enchufar la televisión para ver las noticias. Pongamos el canal que pongamos es seguro que en su sesión de informativos de medio día aparecerá alguna noticia relacionada con la guerra, el hambre o la pobreza. Estas noticias no solo nos dicen mediante voz lo ocurrido en tal o cual lugar del mundo, sino que además nos ofrecen imágenes, imágenes estas que pasan desapercibidas por nuestra mente ajetreada, ocupada haciendo fastidiosos cálculos intentando hallar la solución para llegar a fin de mes o simplemente pensando en quedar con tus amigos para echar unas cervezas y ver el fútbol esta noche.

Yo me pregunto, ¿qué nos ocurre?, ¿tan adormecidos estamos? Esta reflexión me da pie a imaginar a la sociedad como a esos magníficos leones que tantas veces hemos visto en los documentales, a los que decenas de moscas incordian sin descanso y éstos, perezosos e incapaces de mover una extremidad como si estas fuesen de pesado acero, se contentan con mirarlas revolotear entre sus cabezas.

Cierto es que los leones no pueden eliminar a las moscas de su entorno, pero nosotros sí que podemos eliminarlas del nuestro. Las guerras con todas sus consecuencias no son ni más ni menos que fruto del ser humano, por tanto es posible detenerlas, o más que detenerlas transformarlas en otro fruto de nuestro intelecto, como lo es la paz.

Pero todo esto parece imposible hoy en día, y es curioso, porque preguntes a quien preguntes la mayoría de las personas está a favor de concluir las guerras y erradicar el hambre de una vez por todas, pero esto nos parece una utopía que está fuera de nuestro alcance y que, bueno, al fin y al cabo ¿qué más da si tenemos una casa donde vivir, un plato de comida en la mesa y un montón de tiendas donde gastarnos el sueldo?.

Somos gente que sin haber pisado en nuestra vida un campo de batalla, sin saber lo que es matar a otro ser humano y sin haber pasado hambre estamos inmunizados, como el soldado más curtido, al ver a una mujer lapidada, al ver a niños esqueléticos andar sobre tierras desérticas y al ver a decenas de cadáveres tendidos en calles víctimas de atentados.

No, ya no creo en el dicho con el que he empezado este texto, pues hoy por hoy y en este magnífico siglo de oro negro en el que vivimos debería pasar a ser el siguiente: Ojos que ven corazón que no siente.

martes, 23 de junio de 2009

Algo más

Muy buenas a todos.

Hoy me gustaría exponer aquí una reflexión (por llamarlo de algún modo) que escribí hace ya algún tiempo. Es bastante sencilla, pero le tengo un aprecio especial. :)

Aquí la tenéis:


Mueres cada segundo que vives,
cada aliento que sale de tu interior,
cada despertar, cada sensación..

Vives cada segundo que amas,
al mirar esos ojos, sentir su fulgor,
al dejarte envolver por sus llamas..

Por eso amigo ama sin temor,
pues si mueres cada segundo que vives
y vives cada segundo que amas..

Entonces.. ¿Hay algo mejor que morir de amor?



Espero os haya gustado.

lunes, 22 de junio de 2009

No supo que decir..

¡Saludos de nuevo!

Después de estar varios meses sin dar señales de vida me gustaría retomar de nuevo este blog (ahora que más o menos se como funciona esto) e ir colgando de vez en cuando escritos y cosas que me parezcan interesantes.

Así que dicho esto voy a compartir aquí algo que escribí hace algún tiempo y que refleja (o eso he intentado) temas por los que yo me he preocupado o me sigo preocupando. Espero que os guste, aquí os lo dejo:

No supo que decir..
Siempre había preferido los "esto es lo que hay", "es lo que toca", "que le vamos a hacer".
Y ahora, ahí estaba, frente a sus ojos..

En su balanza siempre pesaron más las opiniones que los sueños.
Pero había alcanzado grandes metas.. ¿no?
Aunque ahora, frente a ella se sentía desnudo.. y peor aún, peligrosamente vacío.

Rindió culto toda su vida al que dirán, y este le otorgó muchos ceros a sus cuentas.
Pero olvidó o no quiso recordar que en este viaje solo importa lo vivido y no lo acumulado.
Entonces percibió al miedo recorriendo su cuerpo..

Siempre hizo lo correcto.. lo correcto para ellos..
amó sin amar, se licenció de repente y trabajó sin darse cuenta.
Llegó a lo mas alto y tocó fondo a la vez.. magnífica casa y penosos pilares.

Un brillante abogado que quiso ser maestro,
el marido de Marta que siempre amó a Sofia,
millonario al que no le permitían tener gatos..
Ese era el..

¿Ha merecido la pena?.. El le preguntó.
Y ella contestó: Que le vamos a hacer..