sábado, 22 de enero de 2011

Las empresas del Tercer Reich

Muchas de las empresas más rentables y reconocidas hoy en día poseen, si nos ponemos a buscar, un inicio empresarial no muy brillante. Tanto fabricantes de automóviles, empresas de ropa y colonias, farmacéuticas y muchas otras alcanzaron el éxito empresarial gracias a la vinculación directa con el Tercer Reich, quién en su día las contrato para que suministraran, cada una en su sector, los productos necesarios para culminar con éxito el ambicioso plan nacional socialista.

Un ejemplo claro de esto es la marca Volkswagen, la cual se lucró fabricando coches militares para el régimen nazi. Su historia empezó cuando Hitler, en el año 1933, se entrevistó con Ferdinand Porsche para conseguir que se desarrollara un coche "para el pueblo" o "Volkswagen", y lo cierto es que lo consiguió. El coche desarrollado fue el Volkswagen Tipo 1, pero su uso principal no fue el buscado en un principio, sino que se utilizó mayormente como vehículo militar en las acciones del Afrika Korps, en el norte del continente africano. No obstante, este empujón de producción militar fue el trampolín que lanzó a esta empresa automovilística al reconocimiento colectivo y a la consolidación como marca.

Algo, cuanto menos curioso que mencionar, es que en los bombardeos aliados a las industrias alemanas las fábricas de Volkswagen terminaron en escombros, mientras que las del estadounidense Henry Ford, quién al igual que Volkswagen suministraba (en este caso capital privado) al Tercer Reich, apenas fueron tocadas.

Otro ejemplo de empresa con pasado oscuro es la de la marca Hugo Boss, tan prestigiosa y distinguida en estos días. Dicha empresa se fundó en 1923 en Metzingen, donde Hugo Boss instaló una sastrería; no le fue muy bien ya que en 1930 tuvo que declarar la quiebra del negocio a causa de la crisis instalada en Alemania. En el año 1931 Hugo Boss se afilió al partido nacional socialista y en 1933 dicho partido alcanzó el poder; a partir de este momento la actividad empresarial de Hugo Boss fue un camino de rosas, ya que empezó a vender ropa para los civiles y más tarde fue el encargado de confeccionar los uniformes para las Juventudes Hitlerianas, las SS, las SA y las Wehrmacht.

Bayer tampoco se libra de su espinoso pasado. La famosa farmacéutica alemana, antes de la primera guerra mundial y once días después de lanzar al mercado su mundialmente conocida Aspirina, presentó a la sociedad un jarabe para la tos basado en una sustancia llamada diacetylmorphine, que más tarde paso a llamarse Heroína, nombre que utilizaba comercialmente. Bayer también fue coautor, junto al conglomerado de industrias químicas alemanas IG Farben, del gas Zyklon B, utilizado en las cámaras de gas para quitar la vida a millones de personas; y todavía más, en el campo de concentración de Auschwitz dicha empresa experimentó con seres humanos, hecho que le costó siete años de prisión (si, sólo siete años) al entonces director de la farmacéutica Fritz ter Meer. A Bayer también se le atribuye la creación del gas mostaza (un arma química) y del Tabun (un gas nervioso).

Otras empresas como IBM, BMW y Siemens también alcanzaron el éxito por producir al Tercer Reich. Así pues, vemos que la economía empresarial es igual que un ser vivo, el cual debe adaptarse a los tiempos que corren o condenarse a morir, aunque esos tiempos sean terribles. 

domingo, 16 de enero de 2011

Democracia, ¿lo mejor para la sociedad?

La Real Academia Española da dos definiciones para el término democracia, la primera "doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno", la segunda "predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado". En las dos definiciones se da a entender que el pueblo, de una forma más o menos influyente, tendrá poder en el gobierno del Estado, pero, ¿quién es el pueblo?, pues según la tercera acepción de la RAE son "el conjunto de personas de un lugar, región o país", es decir, en el caso de España el pueblo somos todos los españoles, o dicho de otra forma, todos aquellos que tenemos DNI español.

Por tanto, como ya sabemos, la totalidad de los españoles tenemos el derecho de poder elegir a los gobernantes que nos gobernarán (valga la redundancia) durante los cuatro años próximos una vez pasadas las elecciones nacionales; es más, tenemos el derecho de formar nuestro propio partido político y de presentarnos a dichas elecciones. Estos derechos son admirables y han costado ríos de sangre y tinta conseguirlos, y si gastamos unos instantes en reflexionar sobre ellos nos daremos cuenta de lo bien paridos que están, pues garantizan un sistema de gobierno sin tiranías y con una libertad de expresión nunca vista hasta hace bien poco.

Entonces, teniendo a disposición nuestra un arma tan noble como la Constitución Española, la cual garantiza los derechos antes mencionados y muchos más de igual importancia, ¿cómo es posible que todavía haya hambrientos en las aceras, que fabriquemos minas antipersonas y bombas racimo o que se hagan obras medioambientalmente contraproducentes?, aún digo más, ¿cómo es posible que unos pocos vivan mejor que otros muchos, que los gobiernos hagan tejemanejes a espaldas del pueblo y que muchos de nuestros cargos públicos ejerzan la corrupción casi sin esconderse?; es decir, ¿cómo puede ser que suceda todo eso siendo que son hechos éticamente incorrectos y siendo que nosotros, el pueblo, elegimos a nuestros gobernantes?. A mí entender y de una forma creo que lógica se pensaría que si algún cargo público realiza su función de una manera éticamente incorrecta, el pueblo, es decir, nosotros lo castigaríamos sustituyéndolo en las próximas elecciones por otra persona más capaz moralmente. Esto, y es una verdadera lástima que no nos sorprenda por la costumbre, no es así.

Por ello toda esta reflexión nos lleva a pensar que algo falla, que hay una pieza que no encaja en el rompecabezas, ya que tenemos el arma y el patrón (la Constitución Española), el medio para lograrlo (el sistema democrático) y los sujetos para llevarlo a cabo activamente (nosotros, el pueblo), entonces, ¿qué es lo que falla?, pues al igual que en los accidentes aéreos en los que no está muy claro lo sucedido, el fallo, por desgracia, es humano.

El peor enemigo de la democracia es su misma gran virtud, el hecho de otorgar el poder al pueblo; esto la convierte en un arma de doble filo, la cual puede ser noble y cívica, y así conseguir una sociedad moralmente sana y con unos sistemas efectivos y transparentes o, por el contrario, ser un arma egoísta y corrupta que convierta el país no ya en una sociedad, sino en muchos "yos" juntos que miren por el bien individual y con unos sistemas de igual corte. ¿De qué dependerá entonces que la espada del sistema democrático taje las desigualdades y mire por el bien común o, por el contrario, se degüelle lentamente?, pues dependerá de aquello que termina por salir cuando se estira del hilo de casi cualquier problema, la educación.

Así pues y volviendo al título de esta entrada, ¿es lo mejor para la sociedad la democracia?, pues si la sociedad que tiene que elegir a los gobernantes es una sociedad a la que le importa más saber que le pasó a Belén Esteban ayer que saber, por ejemplo, de donde viene la crisis económica actual, perdónenme que escriba aquí que la democracia no va a ser lo mejor para la sociedad, ya que está en manos de esa gente elegir a quién gobernará el país durante cuatro años. Esto no es sólo perjudicial en sí mismo, sino que acarrea consecuencias terribles para una sociedad, me explico; los gobiernos, da igual del color que sean, no son imbéciles, y saben que clase de personas son mayoritarias en un país, por tanto para conseguir el objetivo de mantenerse en el poder deben contentar a ese sector de la población. Si la población mayoritaria fuese culta y con unos valores cívicos y medioambientales que mirasen por el bien común y del entorno, al gobierno de turno no le quedaría otra que ejercer políticas acordes al ideario popular. En cambio, en caso contrario la respuesta del gobierno sigue siendo la misma, como estamos acostumbrados a ver, ya que tomar medidas de cualquier tipo que sean impopulares, aunque estas busquen un beneficio colectivo a medio o largo plazo, será un suicidio para el gobierno que se atreva a llevarlas a cabo.

Con este argumento no intento posicionarme en ninguna ideología extrema, simplemente intento analizar lo más objetivamente posible algo que, a mi parecer, es uno de los problemas más apremiantes de este país, y por qué no decirlo, de casi todos los países del mal llamado primer mundo. Así pues, mientras no se potencie una buena educación a las nuevas generaciones estamos lejos de progresar en valores como sociedad, aunque económicamente y tecnológicamente nos desplacemos a pasos agigantados. Como he dicho antes tenemos el arma y el sistema para poder progresar hacia fines sanos y nobles, pero creo, muy a mi pesar, que esos regalos tan poderosos están, hoy por hoy, en manos de un infante.


jueves, 13 de enero de 2011

Stand by, gastar por gastar

Somos muchos los que cada día apagamos la televisión utilizando el mando a distancia, dejamos suspendido el ordenador y/o dejamos el reproductor de dvd sin desconectar, por ello es necesario que sepamos que el modo stand by de los distintos aparatos eléctricos que tenemos en casa puede suponer entre un 4% y un 10% de la energía total gastada en nuestra vivienda, y eso a final de mes se nota.

Para defender esta práctica muchas veces nos escudamos en la falsa creencia de que los aparatos consumen más energía poniéndolos en marcha desde la posición de apagado que desde la de stand by, pero como ya he dicho es una creencia falsa, ya que esto sucedía en los modelos antiguos pero no en los actuales.

Así pues, sabiendo esto y pudiendo escudarnos en la subida de la tarifa eléctrica, podríamos en este año internacional de los bosques proponernos apagar y desconectar todos esos aparatos que tenemos en casa que, sin venir a cuento, mantienen una luz encendida aunque no estén en funcionamiento; seguro que los bosques nos lo agradecen.

lunes, 10 de enero de 2011

Defunciones televisivas

En el pasado mes de diciembre me enteré, supongo que a la vez que muchos de vosotros, de que el canal de noticias 24 horas CNN+ dejaría de emitir a causa de que el grupo Mediaset, al cual pertenece Telecinco, compró al grupo Prisa el canal llamado Cuatro, el cual abarcaba CNN+. Este hecho ya me pareció una lástima, ya que dicho canal era una fuente estúpenda para mantenerse al día y, sobretodo, un medio más para contrastar noticias de otros canales como puedan ser el 24 horas de TVE, Intereconomía o Antena 3. Así pues, la noticia del cierre de emisión de CNN+ solo me hizo imaginar un panorama informativo televisivo más pobre, con menos variedad de filosofías informativas y con un menor contraste de información.

Hasta aquí la cosa se quedó simplemente en eso, una desilusión más de la vida, pero cuál fue mi sorpresa el otro día al seleccionar casi por inercia el canal guardado en mi lista de TDT con el nombre de CNN+ y encontrarme en lugar de un "no se encuentra señal" algo mucho peor, algo que me quitó el hipo y me revolvió el estómago... un canal 24 horas de Gran Hermano.

Ahora, siguiendo mi lógica, debería empezar a criticar dicho cambio por parte de Telecinco, pero no voy a hacerlo, pues creo que si los ojos son el reflejo del alma en un ser humano, hoy por hoy la televisión es el reflejo de una sociedad; por lo tanto, si actualmente lo que impera es ganar cuanto más dinero mejor y lo que da dinero, en este caso a los medios de comunicación, es poner esa sarta de imbecilidades 24 horas al día hay que decir que Telecinco ha sido muy inteligente.

Así pues, solo me queda esperar y confiar en que esta tendencia cada vez más evidente no llegue a calar en corporaciones como RTVE, la cual no ganará millonadas, tirará a base de subvenciones y no tendrá una audiencia abrumadora, pero qué cojones, todavía hoy por hoy apuesta por la cultura, y visto el panorama eso es algo más que loable.

domingo, 9 de enero de 2011

Reflejos. Parte I

No podía ser cierto. Por más que me movía, que me contorsionaba, que me acercaba o que me alejaba allí no aparecía nada, ni una pizca de ser humano, ni un poquito de identidad.

-Es imposible -me decía una y otra vez- esto va en contra de las leyes físicas seguro.

Estaba pálido... o eso creía, porque el espejo, aunque parezca mentira... ¡no me reflejaba!. En su brillante superficie únicamente podía verse todo aquello que había detrás de mí: la mesita de noche, la cama, las sábanas y mantas arrugadas, el armario, el escritorio, el ordenador... ¡todo menos yo!.

Di mil y una vueltas alrededor de este y seguía igual, sin reflejar ni un mínimo de persona. Entonces pensé e intenté calmarme.

-Nervioso no conseguirás nada -me dije-, esto tiene que ser una broma, alguien ha hecho algo en el espejo para que pase esto.

Así que me propuse ir al baño para confirmar mi teoría y así poder reírme con quien estuviese riéndose también de esto, porque seguro que había alguien.

-Esto es absurdo, ¡claro que es absurdo!, -intentaba forzarme a reír para quitar hierro al asunto- ¿cómo no va a reflejar un espejo?... ¡si son para eso!.

Entré en el baño y fui acercándome con cautela al espejo que había colgado en la pared izquierda de éste, me acerqué hasta el punto de rozar con el hombro su marco. Estaba nervioso, todo esto era surrealista, y más aún lo era el hecho de que me estuviese pasando a mí.

-Debo parecer idiota, -pensé para mis adentros- el que me esté viendo debe estar partiéndose el culo de la risa.

No sabía que parte de mi cuerpo poner ante el espejo, más bien no me atrevía a no ver reflejada la parte que pusiese delante.

-¿Pongo la mano?... ¿o mejor la cabeza? -estaba hecho un manojo de nervios-, mejor la mano, sí... pero igual al ser más pequeña... no sé... quizás... -me di cuenta de lo absurdo de la situación y me enfadé-, ¡pareces gilipollas! -me dije exaltado, y entonces salté de golpe delante del espejo con los ojos bien abiertos.

Casi me caigo de espaldas al comprobar funestamente que todo seguía igual... sí, igual... todo estaba en su sitio en aquel reflejo, no había cambiado nada... ni los azulejos azules de la pared, ni el pequeño cuadro de un farero, ni aquel mueble blanco que yo tendría que haber tapado... todo seguía exáctamente igual, una imagen absurda y desesperadamente inalterable.

-Co... ¿cómo es posible? -la voz y las extremidades me temblaban como la gelatina- tengo que estar soñando... sí, debe ser un sueño... es eso... un sueño, -no conseguía salir de mi estupefacción.

Salí del baño caminando cabizbajo y con los ojos inyectados en sangre, como si llevase una semana sin dormir, y me dirigí con paso resignado hacía el espejo del recibidor, al igual que el preso que recorre el pasillo que le lleva a morir, sin saber qué esperar, sin saber qué decir ni qué pensar.

En este estado y sin mirar a dicho espejo me planté frente a él, cabizbajo, con los ojos cerrados, y así poco a poco fui levantando la cabeza hasta tenerla firme sobre el cuello. Fue entonces cuando abrí los ojos de par en par y me saltaron las lágrimas al comprobar una vez más que no había nadie delante de aquel espejo.

Entonces las lágrimas dieron paso a la ira y empecé a destrozar como un loco neurótico y con mis propios puños cada espejo de aquella casa: el de mi cuarto, el del baño, el del recibidor, el de la habitación de mis padres, el del tocador de mi madre y todo aquel que encontraba a la vez que me percataba de que ninguno de ellos, daba igual su forma y tamaño, me reflejaba.

A los minutos de empezar mi ataque de ira me derrumbé y me acurruqué en postura fetal en una esquina del pasillo, rodeado por cristales, sollozando y con los puños ensangrentados, intentando comprender todavía qué es lo que estaba pasando y pidiendo por favor que si todo aquello era una broma o un sueño terminase ya.

-Es imposible, -me decía una y otra vez como al principio, aunque ahora incomodado por el llanto- no puede ser verdad... he tenido que perder la cabeza... debo de estar loco, no hay otra explicación.

Sin saber pues qué me sucedía y con todos mis esquemas mentales hechos trizas se escuchó la puerta de casa y alguien entró.

-¡Ya he llegado! ¡ayudadme a entrar la compra por favor! -mi llanto cesó y mi cara dibujo una gran sonrisa de esperanza al escuchar aquella voz, ¡era mi madre!.

viernes, 7 de enero de 2011

Queso rallado

Subo hasta mi piso, entro en casa, no estoy cómodo así que me quito la ropa y el calzado y me pongo el pijama, tengo hambre, pero antes enciendo el ordenador para ver el Facebook, lo miro, me río, voy a la cocina y abro la nevera, saco de esta una pizza preparada de jamón york y queso, enciendo el horno y meto la pizza, vuelvo al ordenador a escuchar música y a seguir navegando mientras se hace la cena, me concentro, me emociono, me vuelvo a reír, de repente el ambiente huele a pizza y regreso al horno, la pizza ya está hecha, la saco del horno y la pongo en un plato que cojo del lavavajillas, también cojo un vaso y lo lleno de agua Lanjarón, voy con mi cena al comedor, enciendo la televisión, ceno mientras hago zapping, termino de cenar, apago la televisión, llevo mi plato y mi vaso al lavavajillas, tiro la servilleta usada a la basura, me doy cuenta de que a las zapatillas de andar por casa se les ha despegado la suela, las tiro a la basura, cojo del armario otras nuevas que me compró mi madre, me las pongo, vuelvo al ordenador y veo una película online, me entra sueño, me hago una manzanilla, me la tomo, me lavo los dientes, me acuesto en la cama y antes de dormirme pienso: mañana tengo que llevar los pantalones para que me arreglen los bajos y llamar al electricista, que no se que coño le pasa al microondas.

Reflexión: ¿De que forma somos autosuficientes?, ¿es normal que no nos sintamos autorrealizados?