lunes, 26 de noviembre de 2012

Fe


Ten fe me dijo, y yo le rehusé de inmediato, alegando que la fe llevaba consigo ligada todas las injusticias eclesiásticas, tantas y tantas mentes lavadas a cambio de nada. Él rió brevemente, una de esas risas que denotan compasión por el prójimo, y dijo lo siguiente:

“Muchacho, la fe no pertenece a nadie, ni a los reyes, ni a los sabios ni mucho menos a la iglesia. La fe es innata al ser humano, es aquello que va ligado a la esperanza, a lo más profundo de nuestro espíritu. La fe es aquello que ha salvado al hombre numerosas veces de sí mismo, aquello que te empuja a continuar aunque el sendero haya desaparecido, aquello que te hace sentir que existe una gran luz detrás de las nubes, aunque no la veas. La fe es el motor que nos empuja a creer fervientemente en algo mejor para la humanidad, eso es la fe. Por eso chico, no atribuyas algo tan inmensamente maravilloso a unos cuantos mezquinos con ilusión de poder.”

jueves, 15 de noviembre de 2012

Enseñanzas de una ardilla


Y me dijo la ardilla: Si no logras cumplir tus sueños es porque no sabes lo que quieres. Yo recojo frutos para el invierno, hago un nido para cobijarme del frío y salto de árbol en árbol para explorar mi mundo. También juego con otras ardillas y tengo crías a las que cuido; esa es mi vida y así soy feliz. Tu problema y tu virtud es que eres humano, y los humanos sois excepcionales en muchas cosas, y eso os confunde. Yo no puedo volar como el cernícalo ni nadar como la nutria, tampoco excavo como el topo ni acecho como el zorro, pero en cambio sé trepar y saltar muy bien. Por eso hago lo que hago, porque sé hacerlo y me hace feliz, estoy hecha para eso. No comparo mis cualidades con las de los demás animales, ya que terminaría agotada, frustrada y perdida, al igual que tú hoy. Aunque dedicara mi vida entera a intentar nadar como la nutria nunca conseguiría siquiera imitarla; cualquier cría con unas semanas de vida exhibiría mis carencias, pues por mucho que me empeñe yo no soy una de ellas. En cambio, ellas admiran mi forma de volar entre las copas, mis peripecias y equilibrios en el mar de ramas que tengo por hogar; eso es para lo que valgo y lo que me hace especial.

Por eso, chico perdido, siempre he dicho que un buen salto no es mejor ni peor que el picado de un halcón, sino igual de especial, pues ¿qué sería del bosque sin ese salto?.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Sólo un motivo

Y llega un día en el que estás harto. Harto de esperar, harto de seguir, harto de luchar, y lo que es peor, harto de tener esperanza.

Tienes ganas de parar, de rendirte, de no seguir buscando ese por qué que nunca llega. Ganas de desafiar al destino, de poner a prueba su existencia y esperar a que éste se manifieste de una vez y te saque de tu pozo. Sencillamente tienes ganas de que llegue ese por qué. Esa motivación que dé sentido a tu vida, que demuestre que cada mañana despiertas y respiras por una razón. Que te haga ver que no luchas en vano... que te dé sólo un motivo.