El antiguo refrán que da título a esta entrada es el que salía, hasta hace no mucho tiempo, de la boca de los habitantes de la hermosa comarca oscense del Sobrarbe; refrán éste que hace referencia a una de las más hermosas villas del Pirineo central, Tella, antaño bien conocida, o a decir verdad mal conocida, por ser el centro neurálgico de la brujería pirenaica, llegándose incluso a calificar como origen de la brujería europea.
Ha sido precisamente su aislamiento, ya que se ubica en lo más profundo del Pirineo aragonés, el que propició que esta villa obtuviese la fama de pagana, ya que ni la propia religión católica caló en ella hasta tiempos recientes. Por ello, los habitantes de Tella fueron creando durante siglos una serie de creencias, íntimamente ligadas a la naturaleza, que les permitían creer por ejemplo que el granizo no dañaría sus cosechas o que las mujeres serían fértiles, además, gracias a su contacto directo y continuo con la madre tierra elaboraron cientos de remedios naturales para males determinados, tanto físicos como psíquicos.
Todo esto creó un rico folclore en la villa, folclore que sería calificado de pagano por la iglesia católica y que poco a poco sería desvirtuado por la misma. Dicha iglesia se empeñó decididamente en purificar Tella, hecho éste que la llevó a levantar en sus inmediaciones tres ermitas, algo muy extraño de ver tratándose de un pueblo tan pequeño. No obstante, las ermitas son sólo aquello que nos recuerda, cuando visitamos la villa, que la caza de brujas por parte del Santo Oficio fue continua e intensa, ya que Tella ostenta el dudoso honor de ser uno de los pueblos españoles que ha sufrido más ajusticiamientos en proporción a sus habitantes.
Por suerte, hoy en día sabemos que aquellas personas (sobretodo mujeres, aunque existen casos de hombres) que eran etiquetadas de brujas y culpadas por desgracias ajenas, tan sólo eran personas que conocían cada planta y animal de su entorno y les daban uso para satisfacer sus propias necesidades. Todo lo demás, desde los aquelarres donde las brujas mantenían relaciones sexuales con satanás hasta los males de ojo que perjudicaban el cultivo de algún vecino no son, ni más ni menos, que esfuerzos de la iglesia católica por desprestigiar y demonizar una serie de creencias que no le eran favorables a sus intereses.
De todas formas, aquí el autor de este humilde blog es un romántico, por ello me gusta creerme en parte ciertas historias, sobretodo aquellas que llenan de magia y encanto algunos lugares, y que, tímidamente, consiguen provocarte un escalofrío cada vez que piensas o te adentras en ellos. Por eso, ¿sabéis que respondían las brujas al título de esta entrada?, “ojalá tengas tan lejos los huesos de la carne como estás de ella”.
Muy interesante la entrada :) Sería interesante investigar para conocer las historias que se cuentan en ese pueblo sobre lo que pasaba entonces.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste :), la verdad es que si que sería interesante hacer lo que dices, de todas formas, ¿recuerdas el centro de interpretación de la brujería?, allí en los paneles informativos hay unas cuantas historias y hechos reales escritos, la lástima es que no recuerdo ninguno jaja.
ResponderEliminarLlegue a este lugar por que hace algunos años mi hermana y yo nos acabábamos de mudar de casa y gravando nuestras voces en whatsapp gravamos sin querer la voz de una mujer que decía "¡tella, le llamaran tella! "y luego se reía, lo curioso es que estábamos solo las dos y en el momento nostras no escuchamos nada, tuvimos que borrar el audio por que de repente solo se ponía.
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