martes, 22 de enero de 2013

Elección

No es que le faltase valor, no era eso en absoluto. Como todas las personas él también tenía miedo, por supuesto, eso es inherente al ser humano, pero sabía superarlo; ese no era el problema. Así pues, no era la falta de valor la cuestión, ya que su vida, aún con veintipocos años, le había dado sobradas ocasiones para demostrar su valía y superar situaciones difíciles. Él sabía que si se empeñaba podía conseguir aquello que se propusiese, lo había hecho antes.

El gran problema, o al menos él así lo veía, era la elección. O más que la elección, la renuncia. Le aterraba comprometerse con un camino, elegir una senda y dejar de disfrutar las demás. Quería gozar de la vida en todas sus facetas, y por ello ansiaba hacer demasiadas cosas, le gustaban multitud de vidas distintas, pero él solo tenía una.

Quería ser escritor, también emprendedor, naturalista, marinero, terapeuta, viajero, esgrimista, vividor, padre de familia, periodista, agricultor y un sin fin de cosas más. Era un enamorado de la vida y de las vidas, y eso le tenía bloqueado. No disfrutaba de su vida por miedo a renunciar a las demás; así que ahí estaba, parado ya demasiado tiempo frente al cruce de caminos, viendo pasar gente y tiempo... Sabiendo que ahora era él quien debía mover pieza.

2 comentarios:

  1. Grande, cómo siempre. Y dice mucho el darse cuenta y saber qué hacer, pocos llegan tan siquiera a saber que están frente a una encrucijada.

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    1. Gracias :) . Sí, la verdad es que es algo que te bloquea, y como dices, lo inevitable y más difícil es saber que hacer.

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