viernes, 28 de febrero de 2014

Pensando al infinito


Un planeta que bulle vida girando sobre su propio eje. Una luna que gira alrededor de este planeta. Una estrella llamada Sol sobre la cual giran este y otros planetas, formando así un sistema. Este sistema, a su vez y junto con multitud de sistemas más, gira alrededor de un centro galáctico. Esta galaxia, al mismo tiempo, gira sobre algo todavía mayor y probablemente pertenezca a algo más vasto. Y esto, a su vez, será parte de algo más...

Nuestros sentidos no se enteran, pero la Tierra gira sobre su propio eje a una velocidad de unos 1.600 km/h. Al mismo tiempo, la Tierra viaja alrededor del Sol a unos 107.000 km/h. Aún más, el sistema solar viaja alrededor del centro galáctico a una velocidad de unos 980.000 km/h. La Vía Láctea, a su vez, se mueve por el universo a una velocidad mayor. Es decir, cada segundo que pasa estamos en un lugar del cosmos distinto, a una distancia incalculable con respecto al lugar dónde nos encontrábamos el segundo anterior. Es fascinante.

Por otro lado, la física cuántica nos dice que en última instancia todo es energía. Todo es vibración. La realidad material que vemos no es más que energía vibrando a una frecuencia perceptible por nuestros sentidos. Nuestros pensamientos y emociones también son energía; vibración.

Las hemerotecas y los archivos oficiales, estos últimos sobretodo militares, repletos de testimonios de observaciones de "objetos voladores no identificados". Científicos de la talla de Tesla envueltos por una historia extraña y oscura, muy ligada al fenómeno paranormal. Enseñanzas místicas que se remontan a los albores de la humanidad que nos hablan de energía, de mente, de conciencia, de universo y de amor. Que nos cuentan una historia bien distinta a la que nos han enseñado. Tribus africanas con conocimientos astronómicos inexplicables. Sumeria y su historia cuneiforme.

Corrado Balducci: "Porque negarlo todo, tiene una serie de inconvenientes".

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