viernes, 8 de octubre de 2010

Paulita

¡Muy buenas!

Hoy he estado trasteando por mi baúl de los recuerdos y me he topado con un escrito que escribí hace ya bastante tiempo y que me gustaría compartir aquí con vosotros, espero que os guste ^^, ahí va:

Paula, sentada en el sofá veía la televisión abrazada a su elefante de peluche, era un elefante muy mono, color azul celeste y de cara sonriente. De pronto Paula se levantó del sofá y fue con su elefante azul al jardín, donde estaba su madre, y le preguntó: mamá, ¿tú cuando cocinas haces la comida para el papá, para el tete, para la abuelita y para mí, no? y su madre contestó un poco extrañada: claro, la hago para todos. Y Paula preguntó con la inocencia característica de una niña: ¿y por qué no la haces para ti sola?, y la madre contestó: pues por que en está casa vivimos todos. Y la niña con cara de aceptación sonrió y corrió con su elefante azul al piso de arriba, concrétamente al cuarto de su hermano mayor, donde hizo una estrepitosa entrada al tropezarse con la puerta. Una vez allí miró a su hermano, el cual estaba jugando a un videojuego en el ordenador, y le preguntó: tete, ¿tú por qué le grabas música a mamá y a papá si el ordenador es tuyo? y su hermano contestó: pues porque son mamá y papá. Y Paula dijo: ¿y eso que más da? y su hermano le respondió: pues porque somos todos una familia Paula, no hay que ser egoísta, anda, ves a leer un rato. Entonces Paula sonrió y se fue con su elefante azul al garaje donde estaba su padre arreglando el coche. Su padre la vio entrar y la saludo: hola Paula, ten cuidado con tu peluche por si se mancha de grasa. Paula abrazó más fuerte a su elefante azul para que este no se le cayese al suelo, y preguntó a su padre: papá, ¿por qué arreglas el coche de mamá si no es tuyo?. El padre arqueó la ceja extrañado y contestó: pues porque en este coche también viajamos todos. Y Paula con una nueva sonrisa en la cara y exclamando un "ah claro" se fue con su elefante azul al comedor, donde estaba su querida abuelita haciendo ganchillo en un sillón, se sentó en el sofá del que se había levantado para hablar con su madre y se percató de que su elefante azul tenía una oreja desgarrada y la espuma que la rellenaba estaba saliéndose . Entonces se entristeció, pues ella quería mucho a su elefante, y su abuela se percató de que a Paula le pasaba algo y le preguntó: ¿qué pasa Paulita?, y Paula enseñó el elefante a su querida abuelita, y esta le dijo tomándole el elefante de las manos: tranquila! esto te lo coso yo en un pispás. Y miró sonriente a Paula. Ella sonrió también, una gran sonrisa de oreja a oreja, y acomodándose en el sofá empezó de nuevo a ver la televisión, y mientras la veía su abuela dijo: ay, Paula... no mires tanto las noticias, que cada día el mundo va peor... no hay comida para todos, no hay trabajo ni medicinas para todos, y cada uno mira por su bolsillo... anda, ve a jugar un ratito. Paula entonces miró a su abuelita y no comprendió nada de nuevo.


Espero que os haya gustado, un saludo.




1 comentario: